lunes, 18 de julio de 2011

Epílogo

Dos años después…

Levantarme era algo que hacía automáticamente. No me hacía falta el despertador. Abría los ojos, me quitaba las sábanas e iba al baño. Siempre lo mismo. Incluso cuando no tenía que ir al trabajo lo hacía. Y siempre a la misma hora, las seis de la mañana. ¿Por qué? Ni lo sabía ni me importaba.

Hoy no era diferente. Me levanté, fui y al baño y me vestí. Me puse el pantalón, luego la camisa y por último los zapatos. Hacía tiempo que no me ponía nada bonito, ni un collar, ni unos pendientes, nada. Fui a la habitación de Cris, lo preparé y lo puse en el carrito. Llamaron al timbre. Era Tom.

- ¿Cómo está hoy el pequeño Cris? Toma, tu tío Tom te ha traído un regalo. ¡Felicidades!

- Gracias Tom. No hacía falta.

- No es nada – dijo él dándome un abrazo. - ¿Estás lista?

- Sí.

Y me ayudó a bajar el carrito con Cris dentro. Una vez en la calle nos dirigimos a su coche. Dentro estaba Gio. Nos saludó con una gran sonrisa y felicitó a Cris. El trayecto lo hicimos en silencio. Bueno, yo iba callada mientras Tom y Gio no paraban de comentar cosas. Cuando llegamos, salí del coche sin coger a Cris, de eso se encargó Tom. Entramos en Hyde Park y allí estaban todos. Felicitaron a Cris y a mí me dieron un beso.

Andamos hasta la otra parte del parque, era demasiado grande. Nos paramos delante de un pequeño árbol. Las chicas depositaron unas flores y me abrazaron. Después de todo aquel paripé, me dejaron sola. Tardé varios minutos en acercarme, acaricié el árbol y me senté a su lado, apoyándome en él.

- Hoy Cris cumple dos años. Está muy mayor. Cada día se parece más a ti – y derramé una lágrima. – Es duro ¿sabes? A veces me dan ganas de dejarlo todo. Pero ahí está Cris, con sus pequeñas manitas y su sonrisa perfecta. Y ahí es cuando me doy cuenta de que no puedo tirar la toalla. Hay alguien que me necesita y no puedo fallarle.

- ¿Te acuerdas de aquel deseo que pedí? Se ha cumplido, ya puedo decirte qué era. Pedí que fuera un niño, para tener a mi pequeño Harry – y estuve unos minutos en silencio.

- No puedo creer que ya no estés. Solo quiero oír tu risa, nada más. Intento recordar tu rostro, pero cada vez me cuesta más. Una parte de mí quiere borrarte, pero mi corazón no me deja. Cuando te fuiste, te odie. Y cuando me enteré de que estaba embarazada, te odie mucho más. Me habías dejado sola, con un bebé. Nuestro bebé. Y ahora ya no estás. No podrás verle crecer, ni verle enamorarse. Y él no podrá conocer nunca a su padre. Y eso no es justo. Deberías estar a su lado, porque te va a necesitar y no vas a estar a su lado cuando quiera hablar contigo. Harry, estoy muy asustada. Contigo todo habría sido mucho más fácil, pero ahora no lo veo así. Ahora estoy sola.

- No estás sola – oí una voz detrás de mí.

Me giré y vi a Amaia, Judit y Mónica justo en la otra parte del árbol. Se acercaron las tres a mí y me abrazaron. En ese momento empecé a llorar todo lo que no había llorado en dos años. Me levantaron poco a poco y empezaron a andar hacia donde estaba el resto.

- Esperad – dije.

Me acerqué al árbol y le deposité un beso con la mano. Luego, miré la pequeña placa que había en el suelo y la acaricié. Cuando terminé, me cogí a mis amigas y nos alejamos poco a poco.

Harry Mark Christopher Judd

Tu familia y amigos te quieren y no te olvidan

We belong together, for eternity

No hay comentarios:

Publicar un comentario