lunes, 18 de julio de 2011

Capítulo 4

Cuando dejé de sentir los dedos, me metí en la casa. Me dirigí hacia el cuarto y vi que Harry se había quedado dormido. Me acerqué a él y le hice una foto, me encantaba cuando dormía. Podría pasarme horas observándole, aunque siempre acabaría acariciándole y le despertaría, ese era mi error, querer tocarle a todas horas.

Dejé la cámara en una mesa que encontré en el cuarto y salí sin hacer ruido, se merecía descansar un poco más. Cerré la puerta y me fui al salón. No tenía ganas de tumbarme y leer, me sentía muy hiperactiva. Así que busqué los altavoces y el ipod y puse música, intentando que no sonara muy alto.

Hacía mucho que no escuchaba a Natasha Bedingfield, así que puse canciones suyas que me encantaban. Empezó sonando: Tricky angel, seguida de How do you do. No eran muy movidas, pero siempre acababa bailando por toda la habitación. Y esta vez no iba a ser menos. La siguiente canción era I wanna have your babies. No pude evitar recordar la charla que había tenido esa misma mañana con Harry. ¿Bebés? ¿Yo? Era una locura pensar en aquello. Él tenía razón, estaba en mi mejor momento, tenía casa, trabajo y novio, ¿por qué no tener un bebé? Pero había un gran problema, si había bebé, obligatoriamente habría boda. Y yo me negaba rotundamente a casarme. Mis padres lo sabían y Harry también. Pero había mucha gente que contaba con ello, como sus padres. Y aunque Harry no había sacado el tema, sabía que tarde o temprano lo sacaría y yo tendría que ceder. No es que no quisiera casarme con él, llevábamos saliendo siete años y cuatro, viviendo juntos. Éramos una pareja estable, nos queríamos y sabíamos que nuestro futuro era estar juntos. Pero yo odiaba la palabra matrimonio. Y cada vez que alguien sacaba el tema me hacía la loca y hablaba de otra cosa. Supongo que era el momento de decir basta a mis pensamientos anti bodas y dar el paso.

Pero mis pensamientos se vieron interrumpidos por Harry. Ya estaba despierto y parecía que me hubiera leído el pensamiento.

- No quieres bebés, pero escuchas una canción que dice todo lo contrario. ¿Eso es que has cambiado de opinión?

- No lo sé – y mi cara debió ser un poema, porque Harry se acercó y me abrazó.

- Lo que te he dicho antes no es un ultimátum. Te quiero, y eso es lo único que te debe importar en estos momentos. Si tenemos un bebé o no ya se verá más adelante.

- Gracias.

- ¿Por qué?

- Por ser como eres conmigo. Te quiero tanto que si pasase algo ahora, no sé qué sería de mí.

- Eh – dijo cogiéndome la cara con las dos manos. – Estoy aquí, y no me pienso ir a ningún lado. Tú misma lo has dicho en otras ocasiones, we belong together, for eternity. Para siempre cariño, no lo olvides. - Y justo en ese momento estaba sonando These words.

These words are my own, from my heart flow,

I love you, i love you, i love you, i love you,

There's no other way to better say

I love you, i love you.

Y no pude contener las lágrimas. En ese momento, escuchando una de mis canciones favoritas, abrazada al chico perfecto y que tanto quería, estaba siendo demasiado para mí. Me quedé abrazada a él, desahogándome y dejando que él me dijera cosas bonitas al oído. Cuando no tuve más lágrimas que derramar, levanté un poco mi cara y vi que Harry me miraba. Dejé de abrazarle y le di un beso, era lo que más necesitaba en aquel momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario